TALLER
# 3
TEMA: GRUPOS POLÍTICOS Y SECTAS DENTRO DEL PUEBLO JUDÍO EN TIEMPOS DE JESÚS
“GRUPOS POLÍTICOS Y SECTAS DENTRO DEL PUEBLO JUDÍO EN TIEMPOS DE JESÚS”
LOS FARISEOS
La palabra “fariseo” significa separado. Eran un grupo
de hombres celosos de la religión, que actuaban bajo la conducción de los
escribas, en oposición al partido helenizante.
Los
fariseos defendían la doctrina de la predestinación, que estimaban compatible
con el libre albedrío. Creían en la inmortalidad del alma, en la resurrección
corporal, en la existencia de los espíritus, en las recompensas y en los
castigos en el mundo de ultratumba. Pensaban que las almas de los malvados
quedaban apresadas debajo de la tierra, en tanto que las de los justos
revivirían en cuerpos nuevos Hechos 23:8.Estas doctrinas distinguían a los
fariseos de los saduceos, pero no constituían en absoluto la esencia de su
sistema. Centraban la religión en la observancia de la Ley, enseñando que Dios
solamente otorga su gracia a aquellos que se ajustan a sus preceptos. De esta
manera, la piedad se hizo formalista, dándose menos importancia a la actitud
del corazón que al acto exterior.
ACTIVIDAD
1.
1. Construye un acertijo que identifique el grupo de los
fariseos.
2. Identifique 10 palabras claves del texto y
realiza un crucigrama.
3. Escribe el sinónimo de las 10 palabras claves.
LOS SADUCEOS
No todos los saduceos eran sacerdotes.
Eran comerciantes ricos y funcionarios gubernamentales. Su tradición se centró
en el mantenimiento del culto en el templo. Su interpretación de la Ley era
ritual. Su actitud negativa hacia ciertas doctrinas se debía, en parte, a la
tensión entre ellos y los fariseos, “los saduceos enseñan que el alma perece
con el cuerpo”; “niegan la continuidad del alma después de la muerte”, negaban
la resurrección del cuerpo (Hechos 23.8), y también la existencia de mediadores
espirituales entre Dios y el hombre (Hechos 23.8). Su ideal político era el estado teocrático
encabezado por el sumo sacerdote.
Por eso veían con sospecha la esperanza
mesiánica que amenazaba con derrotar el orden social y político existente. La
mayoría del pueblo común los odiaba porque colaboraban con los romanos y sus
reyes, introdujeron y permitieron algunas costumbres que no eran judías y porque
se comportaban entre el pueblo con arrogancia.
LOS ESENIOS
Secta judía acerca de la que existe poca información
histórica clara; florecieron
150 antes
de Cristo hasta 70 después de Cristo. Por la época de Cristo, estaba
constituida por hombres que se daban al ascetismo en mayor o menor grado. Con
la esperanza de escapar a las impurezas rituales, se constituían en colonias
separadas. El desierto de Judá, en las cercanías de En-gadi, era su lugar de
residencia favorito, aunque estaban también establecidos en diferentes pueblos
de
Judá.
Cada agrupación tenía su propia sinagoga, un refectorio para la comida en común
y para las asambleas, con una instalación para los baños diarios en agua
corriente. El que entraba en la comunidad abandonaba todos sus bienes. Leían
constantemente la ley de Moisés y se esforzaban en observarla en todos los
detalles de su existencia. Vivían, vestían y se alimentaban de forma sencilla.
Se dedicaban a la agricultura y a otros trabajos útiles. Los esenios subvenían
sus propias necesidades, y prácticamente podían vivir sin utilizar el dinero.
LOS ZELOTES
El
movimiento comenzó cuando Judas el galileo encabezó una sublevación contra los
romanos en el año 6 después de Cristo (Hch 5.37). Cuando aplastaron la
sublevación, los zelotes quedaron como el ala extremista de los fariseos,
dispuestos a recurrir a las armas antes que pagar tributo. Los zelotes tomaron
parte activa en la gran rebelión de 66–73 después de Cristo en contra de los
romanos, siendo los últimos en ser reducidos en su fortaleza de Masada, cerca
del mar Muerto. Simón debe de haber sido miembro del partido antes de acudir a
Jesús. El fanatismo de los zelotes contribuyó a desencadenar la guerra entre
judíos y romanos.
Los zelotes eran
vistos como un partido de patriotas judíos militantes del primer siglo.
ACTIVIDAD
2.
1 Identifica las principales características de cada
grupo y plásmalas en una gráfica circular.
2 Elabore un mapa de ideas con según los textos
anteriores.
TALLER DE RELIGIÓN # 2
GRADO ONCE
§
Tema:
Las relaciones de Jesús con el poder político y religioso de su tiempo.
Conducta desviada
Jesús
adoptó una conducta extraña y provocativa. Rompía constantemente los códigos de
comportamiento vigentes en aquella sociedad. No practicaba las normas
establecidas sobre la pureza ritual. No se preocupaba del rito de limpiarse las
manos antes de comer. No practicaba el ayuno. En ocasiones rompía las normas
prescritas sobre el sábado. Vivía rodeado de gente indeseable como recaudadores
de impuestos y prostitutas. Se le veía acompañado de mendigos, hambrientos y
gente marginada. En concreto, confraternizaba y comía con «pecadores y
recaudadores de impuestos». En contra de lo socialmente establecido, trataba
públicamente con mujeres y las admitía entre sus discípulos. Concretamente,
María Magdalena ocupó un lugar
importante en el movimiento de Jesús. Al parecer, Jesús tuvo una actitud
especialmente acogedora hacia los niños. Toda esta actitud provocativa no la
adoptó Jesús de manera arbitraria. Su intención profunda era hacer ver a todos
de manera gráfica que el reino de Dios está abierto a todos, sin excluir o
marginar a nadie.
Reacciones ante Jesús
Más allá
del grupo reducido de discípulos y del círculo de simpatizantes, Jesús alcanzó
una popularidad bastante grande en Galilea y regiones vecinas. No parece que
este eco popular disminuyera durante el breve tiempo de su actividad
itinerante. De hecho, Jesús movilizaba a masas relativamente importantes, y
esto le convertía precisamente en personaje peligroso ante las autoridades.
Jesús provocó también el rechazo de sectores que trataron de estigmatizarlo y
desacreditarlo para impedir su influencia.
De hecho,
Jesús no fue bien recibido entre sus convecinos, y despertó la oposición de
escribas y dirigentes religiosos tanto en Galilea como en Jerusalén. Fue
criticado por comer con pecadores y acusado de estar poseído por el demonio. De
ambas acusaciones se defendió con firmeza.
CONFLICTIVO y PELIGROSO
Jesús no
pudo disfrutar de una vejez tranquila. Murió violentamente en plena madurez. No
lo abatió una enfermedad. Tampoco fue víctima de un accidente. Lo ejecutaron en
las afueras de Jerusalén, junto a una vieja cantera, unos soldados a las
órdenes de Pilato, máxima autoridad romana en Judea. Era probablemente el 7 de
abril del año 30. Esa misma mañana, el prefecto lo había condenado a muerte
como culpable de insurrección contra el Imperio. Su vida apasionante de profeta
del reino de Dios terminaba así en el patíbulo de la cruz.
Pero, ¿qué
había podido suceder para llegar a este trágico final? ¿Ha sido todo un
increíble error? ¿Qué ha hecho el profeta de la compasión de Dios para terminar
en ese suplicio que solo se aplicaba a esclavos criminales o a rebeldes
peligrosos para el orden impuesto por Roma? ¿Qué delito ha cometido el curador
de enfermos para ser torturado en una cruz? ¿Quién teme al maestro que predica
el amor a los enemigos?
¿Quién se
siente amenazado por su actuación y su mensaje? ¿Por qué se le mata?
Su trágico
final no fue una sorpresa. Se había ido gestando día a día desde que comenzó a
anunciar con pasión el proyecto de Dios que llevaba en su corazón. Mientras la
gente lo acogía casi siempre con entusiasmo, en diversos sectores se iba despertando
la alarma. La libertad de aquel hombre lleno de Dios resultaba inquietante y
peligrosa. Su conducta original e inconformista los irritaba. Jesús era un
estorbo y una amenaza. Su empeño en anunciar un vuelco de la situación y su
programa concreto para acoger el reino de Dios y su justicia era un desafío al
sistema. Probablemente, la actuación de Jesús desconcertaba a casi todos,
provocando reacciones diversas, pero el rechazo se iba gestando no en el
pueblo, sino entre aquellos que veían en peligro su poder religioso, político o
económico. ¿Por qué se convirtió en pocos meses en un profeta tan peligroso?
En
conflicto con sectores fariseos
Según los
evangelios, Jesús entró pronto en conflicto con los fariseos. Ellos
constituyen, al parecer, uno de los grupos que más se mueve entre la
gente. Los fariseos eran, probablemente,
quienes más trataban de influir en la vida de la gente. Es lógico que Jesús
entrara en conflicto con ellos.
Los
fariseos eran un grupo formado por letrados, muy familiarizados con las
tradiciones y costumbres de Israel. Muchos de ellos ejercían tareas de carácter
administrativo o burocrático sobre todo en Jerusalén: probablemente se ganaban
la vida como escribas, educadores, jueces u oficiales subordinados a las clases
gobernantes. Desconocemos casi todo sobre su organización interna. Se sentían
unidos por un conjunto de creencias y prácticas que los identificaba ante el
pueblo.
La primera
preocupación del movimiento fariseo era asegurar la respuesta fiel de Israel al
Dios santo que les había regalado la ley, que los distinguía de todos los
pueblos de la tierra. De ahí su desvelo por ahondar en el estudio de la Torá y su cuidado por cumplir
estrictamente todas las prescripciones, en especial las que reforzaban la
identidad del pueblo santo de Dios: el sábado, el pago de los diezmos para el
templo o la pureza ritual. Además de la ley escrita de Moisés, consideraban
obligatorias las llamadas «tradiciones de los padres».
No es nada
fácil reconstruir la relación que pudo tener Jesús con los sectores fariseos.
Los evangelios lo presentan siempre en conflicto con ellos. Son sus adversarios
por excelencia: los que se enfrentan a él, le hacen preguntas capciosas y
tratan de desacreditarlo ante el pueblo. Jesús, por su parte, lanza sobre ellos
toda clase de amenazas y condenas: no entran en el reino de Dios ni dejan
entrar a los que quieren hacerlo; están «llenos de hipocresía y de maldad»; son
«guías ciegos» que se preocupan de minucias y «descuidan la justicia, la
misericordia y la fe»; se parecen a sepulcros blanqueados, «hermosos por
fuera», pero, por dentro, «llenos de huesos de muerto y de podredumbre».
Los
fariseos no pueden ignorar a un hombre que busca con tanta pasión la voluntad
de Dios. Seguramente escuchan con agrado la llamada ardiente que hace a todo el
pueblo para buscar su justicia. Les atrae su radicalidad. Comparten con él la
esperanza en la resurrección final. Sin embargo, su anuncio del reino de Dios
los desconcierta. Jesús no entiende ni vive la ley como ellos. Su corazón está
centrado en la irrupción inminente de Dios. Cuanto más lo escuchan, más
inevitables son las discrepancias.
Lo que más
los irrita es, seguramente, su pretensión de hablar directamente en nombre de
Dios, con autoridad propia, sin atender a lo que enseñan otros maestros. Esta
libertad inusitada de Jesús contrasta con la actuación de sus maestros, que
siempre se apoyan en las «tradiciones de los padres» o en las enseñanzas de su
propia escuela 6. Van descubriendo que, mientras ellos se esfuerzan por
interpretar, explicar y actualizar la voluntad de Dios expresada en la ley y en
las tradiciones, Jesús insiste en comunicar su propia experiencia de un Dios Padre
empeñado en establecer su reinado en Israel. Lo decisivo para Jesús no es
observar la ley, sino escuchar la llamada de Dios a «entrar» en su reino.
Preguntas
1. Lea detenidamente el texto y realice un resumen. ( 2
páginas)
2. ¿Cuáles eran los actos de Jesús que le hacían ver como
un rebelde?
3. ¿Según el texto, Por qué Jesús termina condenado a
morir en la cruz?
4. ¿Quiénes eran los fariseos?
5. ¿Por qué Jesús entró en conflicto con los fariseos?
6. ¿Qué fue lo que más les irritó a los fariseos de la
actitud de Jesús?
7. ¿Qué amenazas lanza Jesús sobre los fariseos?
8. ¿En nuestro tiempo quienes poseen las actitudes de
Jesús y quienes las actitudes de los fariseos?
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